viernes, febrero 02, 2007

Atrapado en el tiempo?

Cuando parecía que no podía tener más mala suerte, descubro vía e-mail que no podré ir al partido de hoy entre los Sixers y los Warriors de Saras ni al de mañana entre los Wizards y los Lakers... de Kobe, claro. Así que me quedo sin Saras y sin Kobe, otra vez. Al parecer, alguien de la NBA no ha hecho su trabajo y no procesó mis peticiones de acreditación. Y resulta que, para acreditar a alguien, a no ser que sea un caso urgente, la NBA necesita siete días de antelación.

Atrapado en el tiempo es una de mis películas favoritas. Phil Connors, o sea, Bill Murray, se despierta cada día en el mismo día del año. Está cabreado y cada día le pasan las mismas cosas, exactas, que le provocan el cabreo. Ayer, David Letterman, el showman de la CBS, el cómico que me hace reír cada noche y que hace reir a todo el país desde hace 25 años, los que cumplía ayer el The Late Show, pues Letterman tenía a Bill Murray de invitado. Y yo pensé, claro, en Atrapado en el tiempo. Esta tarde, hace un par de horas, cuando he sabido de mi mala fortuna, he pensado en la película otra vez. Yo soy un poco vinagres, pero no soy como Connors y, sobretodo y a pesar de todo, estoy feliz con mi viaje. Pero tanta mala suerte repetida...

Anyway, estoy en el centro de Philadelphia en estos momentos y, como siempre, hay algo que podrá subsanar mi cabreo: mañana hay un Villanova-Louisville aquí, en Philadelphia, en el Wachovia Center. Donde tenía que haber ido hoy, donde tendría que estar ahora mismo. Creo que puede ser un gran partido -la semana pasada vi el Villanova-Pittsburgh por la tele y había un ambiente increíble- y, al menos, no me iré de Philly sin ver basket.

On the road

Se acabó New York. Ayer fui a ver el Nets-Pistons en mi ultimo día en NYC. Respecto al partido, sólo puedo decir que, después de ver el paseo de los Pistons, no entiendo como nadie habla de ellos cuando se discuten los aspirantes al título. Chris Webber está contento y feliz, y empieza a carburar otra vez. Chauncey Billups y Richard Hamilton, seleccionados entre los reservas del All Star Game, son una de las parejas exteriores más consistentes de la liga. Tayshaun Prince es un alero con unas características únicas y Rasheed Wallace es, bueno, es Rasheed Wallace. Desde el banquillo, Jason Maxiell aporta gran parte de la agresividad que perdieron con el adiós de Ben Wallace, Delfino hace cada vez más cosas, Hunter y McDyess son veteranos... A lo mejor les falta alguna pieza más, pero es un equipo sólido, compacto, con un buen técnico, Flip Saunders, y, sobretodo, con experiencia ganadora. Que nadie olvide que hace sólo tres temporadas este equipo, casi el mismo equipo, ganó el anillo. En fin, que creo que los Pistons, el único equipo del este con un record positivo fuera de casa (14-9), están infra valorados.

Hoy, ahora mismo, estoy en Essington, Philadelphia, mi primera parada del viaje que terminará en la costa oeste. De camino, el camino entre New York y Philly que es, básicamente, cruzar New Jersey, tenía la sensación que me encontraria a Tony Soprano o a Christopher Moltisanti en cualquier parking o gasolinera. Pero, de momento, The Soprano son sólo ficción.

Es perfectamente real la NBA, que nunca para, por eso ahora estoy viendo en TNT el Heat-Cavs (después dan el Spurs-Suns) y mañana iré a ver el Sixers-Warriors, donde espero poder hablar con Jasikevicius.