La primera vez que le vi jugar era como un hombre entre niños. Yo, aunque era mayor que él, también era un niño a su lado. Como un chaval atónito también me quedé cuando JR Smith (http://www.nba.com/playerfile/jr_smith/career_stats.html) jugó un partido después del mío en el Eastern Invitational Basketball Camp en el College of New Jersey en el verano del año 2000. Yo sólo era un jugador tratando de mejorar y disfrutar del baloncesto, un joven plenamente consciente que si este deporte tenía que ser mi sustento de vida no seria precisamente metiendo canastas. JR Smith, en cambio, sabía perfectamente, a sus dieciséis años, que su futuro se podría resumir en las tres siglas acompañadas del logo de Jerry West.
Smith, nacido y criado en el mismo New Jersey, cautivó a mis compañeros y rivales, y a cualquiera que pasara por el pabellón y se dedicó, con un mate tras otro, a demostrar que su presencia ahí podía ser considerada una perdida de tiempo. Era un jugador superior en todos los sentidos, con una confianza descomunal. Unos días más tarde, aunque era más joven que los mejores del campamento, jugó el All Star Game (junto al malogrado Samuel Gil, de Zaragoza) y demostró una calidad y capacidad atlética impresionantes. Anotó, creo recordar, 36 puntos, con numerosos mates y 7 triples, y fue escogido MVP de un campamento por el que pasaron antes Stephon Marbury, Tim Thomas o Andre Barrett.
Justo un año después, en julio de 2002, en mi primera visita al ABCD Camp (entonces Adidas, ahora Reebok), también en New Jersey, Smith fue uno de los más de doscientos invitados por Sonny Vaccaro en el campamento con mayor talento del país, y en el verano de 2003 repitió presencia. Smith, entonces, demostró que se había hecho un hueco entre los mejores de su generación: Sebastian Telfair, Dwight Howard, Shaun Livingston, Josh Smith… JR jugó un buen campamento y fue incluido entre los all star. Al verano siguiente, después de ser MVP del McDonald’s All American Game, se declaró elegible en el draft del 2004, y los New Orleans Hornets les escogieron en primera ronda (número 18).
Hizo una primera temporada muy buena (10,3 puntos en 76 partidos) pero la temporada pasada (7,7 en 55) sufrió un bajón. Ésta temporada, con los Denver Nuggets, ha vuelto a explotar, consolidándose como un escolta fuerte y atlético, con muy buen tiro exterior y una gran capacidad ofensiva. Se ha convertido en el segundo mejor anotador del equipo (16,4); complemento exterior ideal de Melo. El lunes anotó su récord como profesional, 36 puntos, contra los Bulls (http://www.nba.com/games/20061121/CHIDEN/boxscore.html), y, aunque parece ser que no es el jugador más disciplinado del mundo, los Nuggets están muy contentos con su llegada porque lo obtuvieron, procedente precisamente de los Bulls, a cambio de nada: Howard Eisley y dos futuras segundas rondas de draft (www.rockymountainnews.com/drmn/nba/article/0,2777,DRMN_23922_5159847,00.html).
Hoy tengo 26 años y he conseguido que mi profesión esté unida al baloncesto. JR Smith, con 21, ha conseguido destacar en la mejor liga del mundo. No cuesta de creer si pienso en aquel verano del 2000 en New Jersey.
Smith, nacido y criado en el mismo New Jersey, cautivó a mis compañeros y rivales, y a cualquiera que pasara por el pabellón y se dedicó, con un mate tras otro, a demostrar que su presencia ahí podía ser considerada una perdida de tiempo. Era un jugador superior en todos los sentidos, con una confianza descomunal. Unos días más tarde, aunque era más joven que los mejores del campamento, jugó el All Star Game (junto al malogrado Samuel Gil, de Zaragoza) y demostró una calidad y capacidad atlética impresionantes. Anotó, creo recordar, 36 puntos, con numerosos mates y 7 triples, y fue escogido MVP de un campamento por el que pasaron antes Stephon Marbury, Tim Thomas o Andre Barrett.
Justo un año después, en julio de 2002, en mi primera visita al ABCD Camp (entonces Adidas, ahora Reebok), también en New Jersey, Smith fue uno de los más de doscientos invitados por Sonny Vaccaro en el campamento con mayor talento del país, y en el verano de 2003 repitió presencia. Smith, entonces, demostró que se había hecho un hueco entre los mejores de su generación: Sebastian Telfair, Dwight Howard, Shaun Livingston, Josh Smith… JR jugó un buen campamento y fue incluido entre los all star. Al verano siguiente, después de ser MVP del McDonald’s All American Game, se declaró elegible en el draft del 2004, y los New Orleans Hornets les escogieron en primera ronda (número 18).
Hizo una primera temporada muy buena (10,3 puntos en 76 partidos) pero la temporada pasada (7,7 en 55) sufrió un bajón. Ésta temporada, con los Denver Nuggets, ha vuelto a explotar, consolidándose como un escolta fuerte y atlético, con muy buen tiro exterior y una gran capacidad ofensiva. Se ha convertido en el segundo mejor anotador del equipo (16,4); complemento exterior ideal de Melo. El lunes anotó su récord como profesional, 36 puntos, contra los Bulls (http://www.nba.com/games/20061121/CHIDEN/boxscore.html), y, aunque parece ser que no es el jugador más disciplinado del mundo, los Nuggets están muy contentos con su llegada porque lo obtuvieron, procedente precisamente de los Bulls, a cambio de nada: Howard Eisley y dos futuras segundas rondas de draft (www.rockymountainnews.com/drmn/nba/article/0,2777,DRMN_23922_5159847,00.html).
Hoy tengo 26 años y he conseguido que mi profesión esté unida al baloncesto. JR Smith, con 21, ha conseguido destacar en la mejor liga del mundo. No cuesta de creer si pienso en aquel verano del 2000 en New Jersey.
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